domingo, 28 de julio de 2013

Titanic

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Uno en cada lado del pasillo. La chica apenas le miraba, el otro no podía apartar la vista de ella y de su aparente perfección, esa de la que todos se fijaban. Su pamela se agitaba de un lado para otro gracias al viento, que tras días de descanso volvía causando pequeños estragos en las faldas de las jóvenes, cubriéndole los ojos. Lo que no sabía era que tras aquel sombrero enorme, las miradas furtivas no cesaban. El chico, apesadumbrado, se metió las manos en el bolsillo, mientras la dama de la pamela cambia de dirección su cabeza, hacia el hombre con el que hablaba y al chico nervioso del otro lado del pasillo. El chico se dio la vuelta. <<¿Eres estúpido o qué?>> se reprendía a sí mismo <<Ella no merece nada que tú tengas>>. El joven se negaba a aceptar que todas las anteriores noches que pasó en ese crucero de ensueño las había pasado con ella, entre los recovecos de cada habitación. Sólo que cada vez que cruzaban la puerta entre los cuartos y el mundo real, estaba aquel abismo que les separaba. Aquellas diferencias sociales que existían por alguna razón, mientras los poderosos se regodeaban de su dinero y a los pobres les bastaba poco para ser felices (a veces se preguntaba cuál de las dos opciones era mejor). El chico se dio la vuelta. La pequeña heredera de una gran fortuna, también. Sus ojos no pudieron evitarse, imposible. El color avellana de él y el risueño azul cristalino de ella. Él comenzó a andar, ella a correr. Él hizo una tímida mueca de felicidad y ella sonrió involuntariamente, enseñando esa hermosa sonrisa que poseía. Y en ese instante, bajo el agua helada del crucero que se ahoga, aquel beso acortó todas las distancias que el dinero podía imponer.

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¡Hola, personitas! Ésta entrada está inspirada en la historia del Titanic, y en que me acabo de leer Aguas oscuras, que estaba ambientado en el Titanic. He estado desconectada de todo lo que Blogger se refiere, pero he seguido escribiendo, a lo mejor alguna entrada llegue a traspasar las hojas de mi cuaderno a una entrada ^^ Intentaré responder aquellos comentarios que requieran respuesta o dignos de comentar sobre la entrada :) 
Feliz verano, ¡que aún no ha terminado!

miércoles, 24 de julio de 2013

Por suerte, ya no me pertenece

Su voz sonaba convincente, como los pájaros que se posaban en la ventana cada mañana para alegrarle. Al igual que el mar, totalmente transparente. Nos habíamos convertido en un cuerpo sin interior. No pensábamos igual, nuestros defectos nos hacían más enemigos. La aceptación nunca ocurrió, quisimos ser iguales y perfectos cuando nada de eso existe. Los párpados amenazaban con cerrarse pero no podían, en aquella cama, sentada con la piernas cruzadas, encontré o que nunca había supuesto. Abría la caja donde dentro se encontraba una carta, sus lágrimas rodeaban el sobre y una parte de sus sentimientos estaba allí. Con solo abrir el sobre podría haber adivinado lo que pasaba por su interior, pero sabía que la tristeza solo puede solucionarla uno mismo. No descubriría sus sentimientos, no quería hacerlo. Estaba mal meterme en lo que no es mío y afortunadamente, esa tristeza no me correspondía. Por suerte, ya no.

lunes, 22 de julio de 2013

Carta en una botella

Caminaba tranquilamente por la playa cuando me encontré una botella. Sin saber muy bien que hacer la cogí. El papel del interior estaba algo deteriorado por el tiempo. Se encontraba enrollado con cuidado dentro de la botella de cristal. Mis manos se deslizaban delicadamente rozando el cristal. Quité el corcho y saqué el papel del interior de la botella. Lo desenrollé poco a poco con miedo a romperlo. La hoja había sido escrita con una pluma hace bastante tiempo. Leí sin problema lo que decía el papel, ya que estaba escrito con una magnífica letra. Cuando acabé de leer la última palabra, una lágrima resbaló cayendo a la arena. Volví a enrollar la hoja con sumo cuidado y la introduje por el cuello de la botella. Coloqué el corcho y lancé la botella lo más lejos que pude, como indicaba la carta. Observé como la botella se iba alejando. Esperando encontrar a la próxima persona que leyera la carta.
Angelics

 

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viernes, 19 de julio de 2013

¿Quién lo diría?

Un lienzo, pintura, pinceles, paleta. Ya lo tenía todo. Podría empezar mi obra de arte ahora mismo. Menos por el pequeño problema de que solo tengo pintura blanca. ¿La academia de arte podía ser más ridícula? ¿Cómo pintar sobre un lienzo blanco con pintura blanca? Cada vez que recordaba las indicaciones del maestro más estúpidas me parecían. No se me daba nada bien pintar y encima me ponían un ejercicio imposible. Bueno, se supone que se me daba bien y yo disfrutaba, pero me horrorizaba observar mis cuadros. Empecé a pintar, pero no se veía nada. Volví a pensar en las reglas que había que seguir. Pintar sobre el lienzo únicamente con pintura blanca y utilizar las técnicas aprendidas en clase. Genial. Nada. Ni una idea. Parecía más un enigma que artes plásticos. Y me llegó una idea. No especifica el color del lienzo. ¡Como  para no darme cuenta antes! Si no fuera porque me corría prisa me habría dado de bofetadas. Fui corriendo a la tienda y compré uno azul. Me encanta el azul. Llegué a mi casa y me puse a pintar. Al final saqué un diez. ¿Quién diría que solo había que cambiar tu forma de ver las cosas para solucionar los problemas?
We are young.

martes, 16 de julio de 2013

Todo acaba desapareciendo

Respiraba tranquila, las voces de aquella habitación no le afectaban para nada, sonaban de forma inhumana, casi podía percibir que no eran reales. La imagen reflejada en el cristal parecía transparente e invisible. Aquello no era real, sentía las pulsaciones fuertes en su interior. La cabeza le daba vueltas, las piernas le empezaban a fallar. Poco a poco, su cuerpo se derrumbaba, pero sus sentimientos ya lo habían hecho hace mucho tiempo. Las ventanas estaban cerradas y la soledad que le venía atormentando desde hace mucho, se volvía a plantar ante ella. Se tapaba los oídos e intentaba convencerse de que todo aquello era mentira. Pero a veces, ceñirse a la realidad es lo más simple y lo más fácil de todo. Son tantas voces con nombre, escondidas en los rinconces de tu mente.
Aquellas que nos destrozan los sueños e ilusiones. Al fin y al cabo, somos nosotros quienes ponemos en duda lo fuertes que somos. No hacemos más que enfrentarnos a las críticas que la mente nos grita. Las que se nos graban y se nos quedan clavadas como dardos. Cada flecha es una herida con veneno pero duele más cuando eres tú quien las lanza. Y van a clavarse a tu propio cuerpo, desmoronándote poco a poco, hasta que las heridas empiezan a sanar.

lunes, 8 de julio de 2013

Más allá de lo que solemos pensar

La chica andaba tranquilamente con cierto nervisosismo en su mirada de ojos grises. De vez en cuando, pronunciaba unas palabras que se quedaban en un susurro. Sus manos estaban colocadas en sus bolsillos de forma inquieta. Caminaba por entre las sombras de las calles más antiguas de la ciudad. Miraba a ambos lados y no muchas personas le dedicaban una sonrisa, ni siquiera una mirada. El mundo se había parado en ese momento, creía que en aquel barrio, no había vida, ni las farolas se encendían. Ya era tarde, ella era la única que sabía mirar más allá del físico de las personas. Podía entender los sentimientos de alguien con solo mirarle a los ojos. Podía saber la situación por la que pasaba una familia con solo sonreír al niño pequeño. Todo se componía de gestos, miradas y situaciones.
Ella era silenciosa, seguramente, nadie se había dado cuenta de su presencia, sin embargo, salir sola le inspiraba, podía ver mucho en solo una esquina o en una pared. Creía que cada objeto tenía una historia digna de conocer.
No solía hablar con nadie, la soledad le hacía verse invisible pero tranquila, sin embargo, ella también mostraba sus problemas  y dudas. Lo hacía de manera dustinta, se sentaba a observar los paisajes y allí, hablaba horas y horas. Los pájaros le cantaban, el viento le mostraba situaciones y el agua le reflejaba momentos. Ninguno le respondía a pesar de hablar, ellos solo le ayudaban o lo intentaban porque la única respuesta era pronunciada con sus palabras ya que nadie le iba a entender mejos que ella misma...
                    Sin embargo
    ¿la soledad nos ayuda a pensar?

Tan lejos...

Ya no puedo ver la sinceridad de tus palabras, ya que se marchó hace ya bastante tiempo. Sin embargo, puedo apreciar como te escusas. Puedo notar como tu corazón  te abandonó, porque se estaba muriendo en tu cuerpo. El sol desapareció y la tormenta ocupó su lugar.
Las lágrimas regresaron después de tanto tiempo. La soledad invadió tu cuerpo sin que pudieras luchar contra ella. Tu fuego interior fue extinguido.

Alívio Imediato | via Tumblr


Te fuiste yendo con el viento, hasta que no se te pudo ver en el horizonte. Conté lo días que faltaban para que te fueras, como quien cuenta estrellas.
Mi sonrisa fue cambiando con el tiempo y acabó por convertirse en una mueca de dolor y sufrimiento. Cambiaste, o simplemente maduraste. Se te olvidó todo lo que pasamos. No recuerdas las risas y momentos juntos, no recuerdas la felicidad que hemos sentido. Ahora te has marchado y estás tan lejos y ya nunca podré saber si has cambiado.
Angelics







jueves, 4 de julio de 2013

Si cuento estrellas


Que no te extrañe si llevo horas mirando el firmamento. Prefiero no llevar reloj para no saber el tiempo que he perdido contando las estrellas. Pero siempre será más útil observar los cielos adornados de plata que el no dormir.

Pasa de largo si me ves acurrucándome en un rincón del sillón harapiento en el que siempre me encuentras. No es porque tengo frío, si así fuera  empezaría a acortar distancias contigo y me acomodaría en tu abrazo. Sólo es que intento hacerme más pequeña hasta creerme desaparecer.

Que tampoco te importe si a veces necesito soltar un par de lagrimitas a la mínima, es cosa mía. Y que le dé vueltas a todo no es un problema, sólo que dicen que quién piensa mucho se vuelve loco, pero creo que todos al final lo acabamos haciendo.

Que si te preocupa que no pida tu ayuda es porque no la busco, pero tampoco me viene mal a veces disfrutar de la compañía de una sonrisa que aleje los males.

Que si leo un libro a las horas más inusitadas no quiere decir que me esté encantando (aunque así sea), es sólo para evadirme en una historia que no sea la mía.

Si cuento estrellas no es para que me interrumpas, que pierdo las cuentas, es para darme cuenta de que hay más número de estrellas que de problemas.

Así que déjame sola.